Quién creó "Annick Desserts"?

Nacida en Lyon, Francia, Annick es de formación cocinera. Época en que las mujeres aún no tenían una muy buena consideración en las cocinas.

 ¿Pero como consiguió una mujer entrar en este mundo? Muy fácil y con mucho morro. Llamadita a las cocinas de Paul Bocuse pidiendo trabajar gratuitamente para aprender. No esperaba ninguna respuesta, hasta que el señor Bocuse, originario de Lyon, picó al timbre de su casa una mañana cualquiera a las 7h de la mañana; vístete que me acompañas a comprar aux “Halles” (mercado central de Lyon). En esa época Bocuse no aceptaba mujeres en su cocina para no crear tensiones entre sus chicos, pero, tenía un amigo que sí tenía alguna mujer trabajando en sus cocinas, Christian Bourrillot.

 Para Annick, aquí empezó todo. Estuvo varios años trabajando y formándose en Francia, tanto en cocina como en «Pignol», reputada pastelería de su ciudad natal; hasta que, junto con Jean Paul Vinay, les salió la oportunidad de venir a trabajar a un restaurante en Roses, el Bulli. 
Aventura nueva para los dos, Jean-Paul Vinay, al frente de la cocina y Annick dedicada plenamente a su carro de reposteria, el cual ganó el premio al mejor carro de reposteria de España en el 82 y 83, a la vez que consiguieron las dos primeras estrellas Michelin del restaurante. En esa época era de los pocos restaurantes de España con tanta reputación, lo que le debió la curiosidad de muchos, como Fermí Puig, gran amigo de Annick, o Ferran Adrià, quién se incorporó a la plantilla, bajo el mando de Jean Paul.

 Fueron unos años gloriosos que desencadenaron las ganas, a la pareja (Annick y Jean Paul) para abrir su propio restaurante en la zona alta de Barcelona, la Ciboulette. Restaurante que funcionó a pleno rendimiento durante unos años hasta que Annick, por su cuenta, montó, junto con sus socios, su obrador de pastelería a finales de los 80, principios de los 90.

 Aquí empieza la historia de Annick Desserts…

Quién toma el relevo?

Marie Vinay, la hija mayor de Annick, podríamos decir que nació dentro de un pastel…

Con unos padres dedicados al 100% a su profesión, tanto en cocina como en pastelería, no tuvo dudas que el camino a seguir era continuar el legado de su madre, aportándole modernidad, respetando la línea clásica de la pastelería bien hecha y del «savoir faire» que le inculcó su madre pero añadiendo nuevos productos y nuevos procesos adaptados a la demanda de sus clientes.